Por Andrea Albertano
Pablo Quiroga vive en El Bolsón donde tiene una vinoteca de vinos naturales y orgánicos.
Eso lo llevó a conocer el mundo del vino allá por 2003. “Comencé a embeberme de a poquito, conocer nuestra cultura vitivinícola, terroirs y costumbres, hasta que un día me empezó a surgir la inquietud de elaborar mis propios vinos y asi transformarme en un hacedor de vinos naturales
-¿Cómo y cuándo nació la idea del vino Sólo el amor salvará el mundo? -La intención de hacer nuestro propio vino, nació te voy a confesar después de una experiencia que tuve en una bodega, un mediodía mendocino, donde el enólogo iba caminando durante el tour y explicaba muy contento, todo lo que le agregaba a su elaboración; técnicas con polvos mágicos para corregir su acidez, filtrarlo, clarificar, estabilizar, y otros procesitos. Ese día fue cuando realmente aprendí que no tomaba sólo vino fermentados de esas uvas.
Ahí comencé a investigar otro tipo de elaboraciones y di con las orgánicas certificadas, (de las que vale aclarar también someten y permiten ciertas sustancias y procesos que técnicamente no son nocivas para nuestra salud, según la OMS). Por último, di con el maravilloso mundo del vino natural, que son todos aquellos que se elaboran sin quitarles ni agregarles nada. ¡100% vino! Tal vez como lo hacían nuestros bisabuelos.
-Han hecho vinos Malbec, Cabernet, incluso Carignan y un espumante de Moscatel.
¿El objetivo siempre fue producir vino natural? ¿Cómo es el criterio para la selección de las cepas?
-En el inicio me gusto jugar con sabores no tan malbecs! De ahí nació el Carignan Natural 2013 que fue un éxito, y después nómademente pude empezar a encontrar uvas orgánicas certificadas para nuestras siguientes creaciones. El año pasado por ejemplo hicimos un merlot natural en Catalunya que fue un éxito! Y este año un Pinot natural patagónico sin sulfitos cofermentado con Chardonnay.
-¿Cuál fue la repercusión en el público teniendo en cuenta que son vinos que no tienen paso por madera? -Más que el paso por madera, creo que nuestra cruzada desde aquellos años, fue educar a la gente que se puede beber vinos libres de químicos y sustancias agregadas, maquillajes o sabores a madera que perfilan por lo general los vinos hacia un mismo sabor. La magia de hacer vino es esa alquimia que se logra entre el fruto de la tierra, el clima de ese año y tu intención apasionada en ese momento. Me acuerdo que cuando decíamos que el vino estaba certificado orgánico, no lo querían, y nos miraban como salidos de otro planeta, de ahí nació la frase “Dedicado al extraterrestre que llevamos dentro”. Actualmente en algunas creaciones usamos algo de madera como un touch, pero no es lo que prefiero y gusta, valoro más la esencia del fruto como me lo dio la tierra ese año.
“Nuestra cruzada desde aquellos años, fue educar a la gente que se puede beber vinos libres de químicos y sustancias agregadas, maquillajes o sabores a madera que perfilan por lo general los vinos hacia un mismo sabor. La magia de hacer vino es esa alquimia que se logra entre el fruto de la tierra, el clima de ese año y tu intención apasionada en ese momento”.
-¿De dónde provienen las uvas del Pinot Noir?
-Provienen del Cerro Piltriquitrón en la localidad de El Bolsón. Es auténticamente biodinámico por naturaleza, no cortamos el pasto, está lleno de yuyos, bichos y todo un auténntico ecosistema interactuando de forma natural.
-¿Podrías contar un poco acerca del proyecto en España con el tema de la biodinámica ancestral?
-Actualmente con tanta teconología y vida tan poco natural, nos hemos olvidado de los orígenes más básicos de cada proceso de elaboración. Sólo vamos y consumimos desde las góndolas los alimentos y creemos que todo nace del mismo zapallo. En países como Francia o España, donde las tradiciones aún se respetan no hacen falta explicar que es biodinámico.
A partir de Rudolph Steiner se le dio un marco de la Biodinamia con técnicas de cultivo interactivas y hasta se logró un sello de certificación llamado DEMETER, que considero uno de los más serios y respetables.
Ancestral es porque viene de generación en generación respetando a cociencia las tradiciones. Por ejemplo a un abuelo catalán no le entra en la cabeza hacer nada que rompa con la tradición de amor, cuidado y respeto por la tierra, el medio ambiente y los ciclos naturales de la vida.
-¿De qué se trata el proyecto SNOB?
-Es la iniciativa de crear un sello de calidad natural para los vinos sin sulfitos añadidos, y que lo puedas ver en la contraetiqueta de nuestras botellas.
Comenzó en El Bolsón en un viaje-visita de Ernesto Catena, “apasionado buscador y visionario de la creación de nuevos vinos” donde nuestro proyecto fue empezar a construir una asociación de productores argentinos de vinos naturales y juntos comenzar a comunicarlo en nuestra tierra.
Durante el mes de julio hicimos juntos un viaje-exploración por España donde por ejemplo, visitamos una bodega del año 1400 que se dedica a la elaboración de vinos naturales sin sulfitos añadidos hasta nuestra fecha. Fue increíble ver como a través de las generaciones se mantiene el equilibrio. Emocionante
La idea es empezar a volver a esas tradiciones de cultivo y elaboración, tal vez libre de químicos y toxinas tan nocivas para nuestra salud
Actualmente la asociación está constituida por Bodegas como, Stella Crinita y L Orange de Ernesto Catena, Finca Las Payas de San Rafael, Chakana y otros productores que se aventuran en el mundo del vino natural. En nuestro y experiencia es un viaje de ida!!
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