Pablo Quiroga es habitante de El Bolsón y creador de los vinos “Solo el amor salvará el mundo”. Hoy está en Girona (España) donde experimenta y sigue aprendiendo sobre vitivinicultura sana y ecológica.
Por Andrea Albertano
Cuando se le pide que cuente cuándo empezó su camino en el mundo del vino, se retrotrae a su infancia y a ese mágico momento del almuerzo familiar.
“Pablito, ¿le abrís un vinito a la abuelita?”. Y relata: “Vengo de una familia argentina de bebedores de vino. Siempre recuerdo a mi abuela, tana, cocinar durante horas y horas para todo el gran elenco de hijos, nietos y amigos. Y a la hora del almuerzo, tomarse esas copitas de tinto que alegran el corazón”.
Pablo Quiroga, durante la cosecha.
Pablo Quiroga -ese es el nombre del protagonista de esta historia-, es una especie de Indiana Jones, pero de vinos. Y no de cualquier vino: sino de vinos naturales, esos que, según dice,
“encuentran la verdadera expresión de la cepa que ha sido influenciada por el clima de ese año, y que tendrá características únicas y casi irrepetibles”.
Ya incursionó en Argentina con uvas de Mendoza, de viñedos orgánicos y también con otras que provienen de viñedos de un cerro cercano al lugar donde reside, El Bolsón. Sus vinos son naturales y orgánicos. Y también fueron bautizados con una marca que da lugar a la reflexión; nada menos que “Sólo el amor salvará el mundo”. Ahora, desde Girona, Cataluña, donde fue a incursionar en nuevos vinos también naturales, charló con Visión Gourmet.
Su local comercial de vinos naturales en Girona, España.
-Te dedicas al vino orgánico y natural y sos un buscador de uvas orgánicas. ¿Cuáles son los requisitos que deben cumplir esas uvas para que hagas vino?
-En esta etapa de mi viaje busco las uvas que realmente tengan una gran sanidad natural, gracias a la pureza del clima y la geografía, con un mínimo de intervención como es la zona de Alt Emporda en Catalunya o en El Bolsón, Patagonia. Prefiero las cepas más salvajes que interactúan con todo el Ecosistema de la tierra, vides biodinámicas en respeto y equilibrio con su entorno (clima, suelo, hierbas, insectos, sin añadidos químicos ni procesos industriales). Hoy en Argentina, para poder tener uvas más sanas, debemos recurrir a viñedos con certificación de calidad orgánica o ecológica, lo cual le asegura al consumidor que “no se usaron productos químicos como pesticidas, herbicidas o procesos industriales” muy nocivos para la salud.
-Decís además que estás en un camino a favor de los vinos naturales.
-Estamos muy orgullosos de haber fundado el movimiento de vinos naturales en Argentina junto a gente increíble como Santiago Salgado de Finca las Payas en San Rafael, o Gustavo Caligiore en Luján de Cuyo, gente con un alto compromiso con la calidad y excelencia en su estado más auténtico de producción.
Cada día son más las bodegas que se suman a esta movida de volver a elaborar vinos como lo hacían, tal vez, nuestros bisabuelos. Vinos que al beberlos son los que te hacen bien al corazón, ya que tienen todas sus propiedades nutricionales intactas, aquellos que te invitan a descubrir nuevos sabores y por momentos te transportan en un cálido flashback al pasado del trabajo artesanal de los antiguos vitivinicultores.
-Destaca también entre tus producciones un Pinot natural patagónico cofermentado con Chardonnay.
-Pinot Noir Extraterrestre nace en la localidad de El Bolsón. Sentimos que es una petit borgoña argentina, por clima y latitud. Nos ha dado más que gratos momentos, con uvas increíbles de climas fríos donde hemos podido realizar estas fermentaciones históricas gracias a las condiciones. Hicimos una cofermentación entre dos uvas enigmáticas, llenas de acidez y sabor auténticamente patagónico, creando algo especial. Salieron pocas botellas; hoy son un recuerdo. No hay más! (ríe)
-Además de vino elaboraste cerveza.
–El tema de la cerveza comienza en la Patagonia, al tener inviernos tan largos y mientras esperábamos que nuestros vinos crezcan, un día pensamos en hacer cervezas orgánicas fusionadas con el mundo del vino. Gracias a la ayuda de Pablo Ciari, beermaker y creador de Awka, hemos trabajado e innovado durante años para lograr creaciones únicas. Nuestra primera cerveza estilo belga Cuádruple fuededicada a Vito, su primer hijo, se terminó de madurar en una barrica de vino orgánico que contenía Chardonnay. Luego de hacer este tipo de experiencias y ver los resultados, siempre queres más! Aún tenemos algunas botellas que después de 5 años son una exquisitez. Nuestras birras, de partidas limitadas, están hechas con malta orgánica traída de Bélgica. En Argentina, aún no tenemos una maltería con esta certificación.
-Llama atención sobre todo los nombres y frases que incluis en tus etiquetas.
-Intentamos ser conscientes con mensajes que a su vez tengan alguna resonancia en el consumidor, de ahí que nacen estas historias de “Dedicado al extraterrestre que llevamos dentro”. Esta frase nace en el año 2010. En ese momento, al hablar de vinos orgánicos o naturales y tratar de venderlos en ferias o tiendas nos miraban como bajados de otro planeta.
Los consumidores van evolucionando.
-¿Crees que hay un cambio en las costumbres del consumidor que se anima a vinos que antes no hubiera elegido?
-Si!!! Y gracias a esta nueva expansión de winemakers que se animan a salir del closet de una producción perfilada por la industria. Un gran ejemplo es Santiago Salgado, de Finca las Payas, que se anima no sólo a hacer vino natural sino que como un bombero involuntario, rescata esas cepas desconocidas para la gran mayoría (Patricia, Emperatriz, Criolla, Malvina, Moscato) haciendo vinos exquisitos y maravillosos.
Actualmente si me preguntas qué es lo mejor a la hora de elegir una etiqueta en esta corrupta matrix de salvaje consumo, serían los “vinos naturales a consciencia”, o los certificados orgánicos (ecológicos) o biodinámicos Démeter, donde existe un control de calidad para su cultivo y elaboración, donde los enólogos no puedan realizar cualquier proceso o añadido para salvar una cosecha o recrear un sabor comercial. Más que moda creo que es cuidar tu salud.
-¿Qué opinas acerca de toda la movida que están generando los jóvenes respecto al medioambiente y al cambio climático?
-Jóvenes, ancianos, medianos, extraterrestres y no creyentes que habitamos este ser vivo, más que nunca debemos ser conscientes de la gravedad del daño que le estamos generando a nuestra Pacha Mama, tan agredida y violada por nuestra falta de respeto y sentido común. Me pregunto en qué momento dejamos de pensar en nuestro futuro. Es curioso, el ser humano se preocupa por el futuro de su descendencia queriendo asegurarles una posesión material sin tener en cuenta que está consumiendo su futuro destruyendo el hábitat. No ve que el planeta es su casa, que debe cuidar esta pequeña esfera que nos alberga y que es única. Irónicamente es lo que no hacemos.
El cambio climático nos está consumiendo como una sombra por debajo, y cuando pasan las cosas o se niega o se le echa culpa a the weather planet.
Reciclar, reducir plásticos, dejar de consumir algunos productos como aerosoles, o tecnología innecesaria o usar bicicletas. No es una “moda orgánica” o bajada de una nave espacial del planeta Vega para un grupo de humanos snobs, es una necesidad imperiosa de todos los habitantes de la tierra, para poder sanar y salvar las cosas que más amamos y disfrutamos de la vida.
–¿Qué estás haciendo en España?
-Aquí empiezo con un proyecto de elaborar vinos naturales en la zona de Alt Emporda en la que hoy estamos viviendo un proceso de Independentista en Catalunya! En este país existe una gran movida con los vinos naturales desde siempre, y fue la mejor manera de experimentar, crecer y explorar en esta cultura. En principio montamos una tienda exclusiva de vinos naturales en la ciudad de Gerona y ha sido la primera de España en estar dedicada 100% sólo a estos únicos e irrepetibles grandes vinos. Para mí, “el vino natural es un viaje de ida” para el corazón y la consciencia. Aprendiendo del respeto y la tradición en equilibrio con todo lo que nos rodea.
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